La gran decisión

Vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco

Las reflexiones nunca sobran, nunca nos deben dejar de acompañar. Pero no nos deben llevar a la contradicción de la parálisis por el análisis. Y si hace un año invitaba desde este foro a salir de la zona de confort y ensayar nuevos proyectos, ahora ha llegado el momento de tomar grandes decisiones, porque de ello, de tomarlas o no tomarlas, va a depender el futuro, las oportunidades de empleo para todas las personas, y pasa por todas las oportunidades de formación permanente para adaptarse a estos tiempos cambiantes que han venido para quedarse.

Porque ese futuro de una sociedad se ha jugado en las aulas. Cuanto más amplio ha sido el derecho a la educación, cuantas más personas han podido ir completando todos los ciclos, cuantas más han accedido a la Universidad, Euskadi ha progresado más y su sociedad ha sido más igual. Pero en las próximas décadas esa formación reglada no va a ser garantía suficiente. Va a ser necesario el reciclaje continuo.

En estos tres últimos años, los más convulsos que hemos vivido por la profundidad y el alcance de fenómenos imprevistos, hemos constatado que la respuesta social de los Gobiernos, desde Europa a los ayuntamientos, pasando por las del Gobierno de España y el Gobierno vasco, ha conseguido hacer resistir y recuperarse a todo el tejido económico y al empleo, cerrando 2022 con más personas que nunca cotizando, que son trabajando y con derechos. Y ese año el paro juvenil se redujo en un 40%, corrigiendo uno de nuestros mayores lastres.

Pero estamos en una Gran Revolución provocada por las grandes transiciones digital, energético-ecológica y demográfica sociosanitaria, que se suma en el tiempo a una Gran Jubilación, con la perspectiva de que en una década se jubile el grueso de quienes hoy están trabajando, y una Gran Paradoja de empresas que buscan personal, y no lo encuentran, y personas que buscan un trabajo con el que poder vivir con dignidad, y no lo encuentran. Ese es el análisis que hemos trabajado expresamente en los Congresos que hemos venido organizando.

De ese análisis de la Gran Revolución, la Gran Jubilación y la Gran Paradoja tenemos que pasar a la Gran Decisión para construir la Euskadi que queremos ser. Y en esa Euskadi que queremos, el empleo debe permitir disponer de un sueldo con el que satisfacer las necesidades elementales, con derechos, y con oportunidades de progreso profesional. Porque ese empleo de calidad es, junto con la garantía de los servicios públicos, el mejor camino para acabar con la brecha de la desigualdad.

En esta legislatura ya estamos ensayando programas innovadores, con un refuerzo de los dirigidos a las personas jóvenes, como Lehen Aukera, el contrato relevo y el mentorizaje para que quienes se incorporan reciban el conocimiento de quienes se jubilan, a lo que sumaremos este añoi KonektaLan, un ecosistema que permita contar con todo el talento esté donde esté físicamente.

Pero la Gran Decisión del departamento de Trabajo y Empleo, con vocación absolutamente revolucionaria, va a ser el derecho a las políticas activas de empleo, el de que el servicio público de empleo Lanbide garantice a toda persona a lo largo de la vida el derecho a formarse y tener orientación personalizada. Es nuestra inversión en el inmenso capital humano, en el mucho talento que tenemos que retener y atraer. Porque es ahí, en la inversión en el capital humano, donde se va a jugar la partida de la competitividad de los países. Euskadi no se puede permitir perder todo ese potencial.