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Adela Balderas
«El camino más noble no es someter a los demás, sino perfeccionarse a uno mismo»
Sócrates
El comienzo de todo
“Conócete a ti mismo” es uno de los más famosos aforismos de la antigüedad griega de todos los tiempos, una frase situada en el pórtico de entrada del templo del dios Apolo en la ciudad de Delfos en Grecia, en el siglo IV a. C.
Vivimos en una época contradictoria, de adversidades y oportunidades; de miedo y coraje; de aislamiento social y exhibicionismo digital; de conocimiento combinado con fake news. Vivimos en una época en la que quizás somos más sensibles a la crispación, a la insatisfacción colectiva, al vacío que deja la incertidumbre; más sensibles al dolor de personas a las que se les arrebata la voz, a la huella indeleble que deja en nuestra salud mental la inquietud, a la falta de solidaridad y al egoísmo, a la injusticia de maltratar a la persona diferente. Y, sin embargo, somos nuestros mayores desconocidos.
En 1995, Daniel Goleman afirmaba: “el conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece constituye la piedra angular de la inteligencia emocional”. Este psicólogo mundialmente conocido por su libro Inteligencia emocional, popularizó, en 1995 y hasta día de hoy, la rompedora idea de que lo determinante para el éxito en la gestión no es el coeficiente intelectual o la formación teórica o técnica, sino la inteligencia emocional.
Alguien que comience en el mundo empresarial por muy inteligente y capacitado que esté puede fracasar por la falta de conocimiento de sí mismo. Si no es capaz de reconocer sus propias emociones, talentos y potencial, difícilmente podrá gestionarlos y comprender a los demás. Tal y como apuntaba Daniel Goleman, las reglas del juego en el ámbito empresarial están cambiando y se nos juzga, se nos premia y se nos escoge según normas nuevas. Ya no solo importa la preparación y la experiencia, sino cómo somos, cómo nos comportamos, nuestra resiliencia, qué huella dejamos y la manera en que nos gestionamos y gestionamos las emociones de los demás.
Es tiempo de incrementar nuestro grado de conciencia, de cuestionarnos cómo somos, de permitirnos estar bien, de darnos permiso para estar mal, de evolucionar, de rebelarnos ante la frase que nos decimos como consuelo, como excusa… ese “siempre he sido así” que nos repetimos a modo de mantra automatizado de tanto engañarnos, y que no nos permite respirar. Mucho menos avanzar.
Y en este tiempo que es hoy, siento más que nunca que conocerse es respetarse. Siento más que nunca que conocerse es cuidarse.
Dedícate tiempo. Acción
El test de las 16 personalidades está inspirado en el popular Indicador de tipo de Myers-Briggs (o MBTI por sus siglas en inglés). Es un estudio sobre tipologías que clasifica los tipos de preferencias de las personas. Se trata de un test gratuito que, a pesar de tener algunas limitaciones, ayuda a orientar bien los puntos fuertes y débiles.
Tómate 15 minutos para pensar bien las respuestas y obtendrás una descripción aproximada de quién eres y por qué haces las cosas como las haces.